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Ronald Sandino

Ronald Sandino

Volver a pensar como niños es el secreto de la creatividad

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¿De dónde viene la creatividad? ¿Se nace con ella o se aprende?

Es una de esas preguntas que nos persigue a todos los que trabajamos en lo creativo. Y mientras más observo, más creo que la creatividad no se pierde, solo se olvida.

Los niños nacen con el 100% de su creatividad activa. Pueden convertir una caja en una nave espacial, un palo en una espada mágica, una servilleta en un mapa del tesoro. No tienen límites. Imaginan, combinan, transforman… crean. Pero algo pasa en el camino.

Según Ken Robinson, experto en creatividad y educación, y asesor de estudios como Disney y Pixar, el sistema educativo tradicional mata la creatividad. En sus palabras:

“Educamos a los niños desde la cintura hacia arriba… y después un poco hacia el cerebro. Pero no hacia los costados, no hacia la imaginación.”

A medida que crecemos, nos enseñan a “no equivocarnos”, a seguir reglas, a repetir fórmulas. Y así, la creatividad se encoge. Por miedo, por presión, por falta de estímulos.

Pero la buena noticia es que la creatividad no desaparece, solo se duerme.
Y podemos despertarla si recordamos cómo pensábamos cuando éramos niños.

Volver a imaginar sin miedo. Jugar con ideas. Preguntarnos “¿y si…?” más seguido. Observar, mezclar, explorar sin buscar una respuesta correcta. Porque ser creativo no es un don mágico, es una forma de ver el mundo.

Hoy, más que nunca, necesitamos reconectar con ese niño que fuimos. Ese que soñaba, que preguntaba sin parar, que veía monstruos en las nubes y castillos en las sombras.
Ahí está la chispa.

La creatividad no es un privilegio de unos pocos ni algo reservado solo para artistas o diseñadores. Es una capacidad humana que todos llevamos dentro, y que, como los músculos, necesita ejercitarse para mantenerse viva.

Volver a pensar como niños no es retroceder, es recordar cómo se siente crear sin miedo, imaginar sin límites y explorar sin buscar aprobación. Si queremos seguir siendo creativos —en el diseño, en la vida, en los negocios— necesitamos reconectar con esa esencia.

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